Más de una vez en este blog se nombró el problema de la limpieza en las calles, destacando el paseo del Río Ebro, la calle Bilbao y la calle Santa Lucía.
Parece que no somos los únicos en destacar dichas zonas y los vecinos de Santa Lucía acaban de empezar una campaña para exigir más limpieza.
Es una zona donde la limpieza escasea, ya no solo porque los contenedores están siempre llenos o directamente no se usan, también porque las propias aceras de esa calle casi siempre están sucias.
Los vecinos de esta zona pagamos los mismos impuestos que los del centro, tenemos el mismo derecho a tener nuestra zona limpia y mantenida.
Ya no es problema solo de la empresa de limpieza, es también del ayuntamiento, ya que es el responsable de la concejalía de medio ambiente y, por lo tanto, es el que maneja el cotarro en temas de limpieza y mantenimiento de la ciudad.
Lo que me parece extraño es que la sede de Izquierda Unida, partido al que pertenece la concejala de medio ambiente está en dicha zona, lo ve día tras día y parece ser que le importa un pepito la situación, si no no me lo explico.
La iniciativa sale de algunos establecimientos de la calle Santa Lucía, hartos y hartas de la situación, pero se necesita que se haga caso a esta propuesta porque repito, pagamos los mismos impuestos que todos y merecemos el mismo trato.
Mi apoyo máximo a esta propuesta, es necesaria, ya no solo porque me toca de muy cerca, sino porque al final no deja de ser Miranda de Ebro.
Uno de los eventos más importantes de la ciudad como es el Mercado Medieval volverá a ser en mayo. Desde el 9 hasta el 11de mayo, Miranda de Ebro volverá a vestirse del medievo y a llenar de colorido la Parte Vieja. Una buena noticia, ahora solo falta que vuelva a tener una gran acogida. Colorido, alegría, música, artesanía incluso gastronómia son partes esenciales del evento. Con las fechas ya confirmadas, solo falta que llegue ya el viernes 9 de mayo para poder volver al pasado durante 3 días. Miranda de Ebro siempre responde positivamente al Mercado Medieval, que aquellos que vienen de fuera siempre agradecen a la ciudad su buena acogida. Tanto para los más mayores como para los niños, esos días son especialmente alegres, diferentes, poder tener cerca esa época de la historia tan atractiva.
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