Además de eso, todavía no funciona al cien por cien, tampoco está equipado del todo y muchos animales no pueden tener su sitio en él.
Con tiempo más que suficiente para tener un centro en condiciones, lo que tenemos es un proyecto a medias, donde el contrato termina en tres meses.
No sé envían informes mensuales, con lo cual, la desinformación es absoluta, su web no existe y tal y como se prometió en abrir sábados, domimgos y festivos, no se cumple.
Además de poder recibir varias multas que podrían alcanzar la cifra de 70.000 euros.
Para CEMBA se adquirió una furgoneta, la cual fue exigida por la concejalía de Medio Ambiente, la cual parece ser que no usa, pero si dan utilidad a un vehículo de más antigüedad, que ni siquiera tiene rotulación del CEMBA.
Lógicamente, es un gasto que se asume con dinero público, pero teniendo en cuenta, la lentitud, la pasividad por parte del ayuntamiento en llevarlo a cabo, pero eso sí, recibiendo gran parte del presupuesto de la concejalía de Medio Ambiente, podemos decir que el CEMBA parece ser un despilfarro.
¿Si la empresa que gestiona el centro de Bienestar Animal, no cumple con una gestión eficiente, por que no se hace nada?. ¿Por qué recibe la mayor parte de un presupuesto?. ¿Por qué tenemos animales que no pueden ser atendidos cuando la función era esa?.
En tres meses el contrato finaliza y no se ve movimiento alguno, entonces, ¿Que hacen?. Sin un CEMBA eficiente, podemos decir que es tirar el dinero a la basura. Y esto no es culpa de los trabajadores del centro, es culpa del ayuntamiento. Sí pretenden sostener una propuesta, que sepan cómo poder impulsarla, que aunque desde la entrada de la concejala nueva de Medio Ambiente, el centro va algo mejor, no deja de ser una perdida de dinero que todos los mirandés estamos sufriendo.
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