Una historia un tanto curiosa, pero real. De cómo cambió todo por una simple tarea en una universidad.
La primera webcam de la historia fue utilizada para vigilar una máquina de café. En la universidad de Cambridge, para ser más exactos. La norma era también muy directa, el que terminaría el café de la máquina, tenía que reponerla. Para controlar a los listillos de turno, la mejor manera era una webcam.
En la vida siempre hay listillos, pero a los de Cambridge se les pilló fácilmente. Pero después, la webcam fue evolucionando y su uso se multiplicó.
¿Cuántos amores a distancia agradecieron este aparato?. ¿Cuántas familias se podían ver desde lugares distintos y separados por una gran distancia?.
Tener ahora mismo la facilidad de una videollamada es habitual con un teléfono móvil, pero gracias a querer pillar a unos cuantos listillos, ahora mismo podemos saber que la webcam unió a muchas personas, la humanidad se lo debe.
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